martes, 11 de noviembre de 2008

Un recuerdo y una flor


Mi hija Luna no tiene abuelos paternos porque han fallecido cuando su papá era pequeño. Aun así siempre le hablamos de ellos. El jazmín que tenemos en nuestro jardín era de su abuela Eugenia. Cada vez que da flores le decimos que es un regalo de ella. A Luna le encanta ir al patio y regar las plantas, en especial el jazmín de la abuela. Si le preguntás por ella, te señala las flores. Nos maravilla que tenga el recuerdo de una abuela a la cual no conoció, y que tenga un lugar en la casa desde donde se puede conectar con ella. Con el tiempo comprenderá cómo son realmente las cosas, mientras tanto, el perfume de nuestros jazmines y la suavidad de ellos son como caricias en el alma para toda la familia.

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.Por estos días Eugenia estaría cumpliendo 56 años.

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.Cuánto la extraño...

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9 comentarios:

María de los Ángeles dijo...

Paula! qué bonito lo que contás...y qué cosa especial los jazmines...fueron el primer perfume que sintió mi hijo Ricardito cuando nació, y también el último que sintió mi papi antes de irse...
Qué maravilla que Lunita identifique a su abu con algo tan mágico y hermoso como estas flores.
Qué bueno que hayas vuelto a escribir...se te extrañaba tanto...
Beso!

ana. dijo...

Pau!!!!!!!!!!!!!!...de alguna manera este retorno tuyo tiene que ver con el video de mi último post.
Sin duda el prefume de tu jazmín es el perfume de Eugenia, Lunita que hace magia desde siempre lo sabe, también, y la imagino como una mariposa revoloteando en ese patiecito hermoso que supiste construir, amiga. El jazmín es mi flor preferida, así que hago míos esta flor y este recuerdo. Un abrazo intenso.

Anónimo dijo...

Son hermosas. Dos flores, ustedes.

Las quiero mucho. Pau.

cristal00k dijo...

Justo mi edad Paula. Casi recién cumplidos...¿Casualidad? o ¿Causalidad?
Si Luna cree que su abuela vive en ese jazmín, así será. En ése, y en todos los jazmines. En el de mi patio también.
Preciosa entrada. Te enlazo.

P.D. Los caminos de Ana siempre mágicos ¿verdad?

Paula Mariposa dijo...

¡Sin dudas! mágicos y encantadores. Como los sueños.

Te abrazo Cristal.

ana. dijo...

Otro recuerdo y otra flor: ayer me llamó mi tía(en el jardín de su casa dejamos a Totó cuando se fué a vivir a las estrellas)y me contó que después de varios intentos al fin una de las plantitas que plantó donde él duerme floreció: una enorme flor de color rojo brillante...y sabés algo?: la noche que lo dejamos, antes de irnos, Rubén dejó sobre él una flor roja que encontró en el jardín...Quería compartirlo amiga mía...sé que entendés!!! Besos.

Paula Mariposa dijo...

Hermosa amiga, qué maravilloso recuerdo me has traído y qué feliz me hace que mi recuerdo te traiga el perfume de otros. Te abrazo.

coco dijo...

Precioso post. Tan dulce como el perfume del jazmin.

Gustavo Bonino dijo...

Ann Michaels, novelista y poeta canadiense, cierta vez escribió refiriéndose a otra persona: "Agarro sus brazos, entierrro el cerebro en el perfume de sus muñecas. Pulseras de aroma.Que un cuerpo tan pequeño haya podido salvarme". Y el concepto, en mi visión sobre Luna, en como yo la veo, tiene tanto que ver con esa frase. No puedo afirmar que me encanten los chicos. todos los chicos. Sí aseguro que me divierto mucho con ellos. Entrar en ese mundo lúdico, único y genial. En donde no hay copias, ni falsas posturas. Todo es tan delicado y perfecto...
Luna es uno de esos seres que cuando la veo (las no muchas veces que la ví) me llevaron a ese mundo.
Acaso la ausencia nos ayude a tapizar de presencia todo. Acaso Luna no tenga a esos abuelos, pero sabe reemplazarlos sin olvidar. Ella ama a cada jazmín como el postergado abrazo de esos abuelos que no están. O que, en todo caso, están de otro modo.
Me emocionó mucho el relato.
Gustavo Bonino