miércoles, 14 de mayo de 2008

Tesoro



Pintaré las calles de sol a sol
dejando mi felicidad en cada trazo del pincel.
Saldré de las sombras para incorporarme a la vida
junto a tu figura enérgica.
Buscaré el mapa para llegar al tesoro,
y lo romperé en mil pedazos.
Descubrí que el amor que de mí emerge,
se ha transformado en diamante.
Su transparencia destella en cada beso nuestro,
y entonces mis sentidos no entienden de dolor, ni de amarguras.
El caudal de piedras preciosas lo llevo dentro,
pues me reconozco en riqueza desde que dijimos “si”.
Me repongo, firme, tras este tibio golpe de suerte;
ya no necesito nada, ni a nadie.
Incluso pensé que había perdido las palabras de oro,
esas que guardaba para enamorarme. Pero no.
Y si así hubiera resultado, da igual.
El oro sos vos, y te tengo.
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Escribí esto para Leandro. Pero no hace seis meses, sino hace doce años. Cuando empezamos a salir. Es increíble cómo algunas sensaciones no tienen vencimiento.
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3 comentarios:

ana. dijo...

¡Que hermoso texto, Pau!...(preciosas palabras de amor)

María de los Ángeles dijo...

Realmente hermoso! Qué felíz debe sentirse el destinatario de esos sentimientos...
Gracias por haber visitado mi rinconcito...
María de los Ángeles, la hermana de Anita...

Gustavo Bonino dijo...

Harto ya de leer textos que confunden comparación con matáfora, me topo con este poema y me detengo en una metáfora deliciosa: El amor que se vuelve diamante. O sea la materialización del amor en una piedra a la que se puede pulir, dar formas infinitas.
Gustavo Bonino